Aclarando conceptos

Feb

Actualmente existe bastante controversia entre el significado de los conceptos “dieta” y “alimentación saludable”. No tenemos bien claro lo que abarca cada uno, y no veo una mejor manera de inaugurar el blog que aclarando este tema, porque partiendo de una base clara, podremos ir poco a poco introduciéndonos en materia, sabiendo bien de lo que hablamos y convirtiéndonos en unos expertos de la nutrición.

¿Qué significa la palabra dieta?

Actualmente esta palabras e utiliza para referirse a regímenes especiales y restrictivos con un objetivo concreto, ya sea bajar peso, mejorar la composición corporal o combatir ciertas enfermedades pasando hambre , sustituyendo ciertos alimentos por complementos/suplementos alimentarios y perdiendo la vida social para conseguir así unos resultados rápidos y sin mucho esfuerzo, pero ésta, es una definición totalmente errónea.

Se entiende por dieta al conjunto de sustancias alimenticias que componen el comportamiento nutricional de los seres vivos. Es en un cambio de estilo de vida para siempre, dónde hay una gran variedad de alimentos para elegir y combinar, dónde se aprende a controlar las sensaciones de hambre/saciedad y la cual es compatible con la vida social, ya que se aprenden las herramientas necesarias para elegir las mejores opciones en la vida social. Este concepto proviene del griego díaita, que significa modo de vida”, por tanto, resulta ser un hábito y constituye una forma de vivir.

Alimentación saludable.

Por otro lado, tenemos la alimentación saludable, más enfocada a la educación nutricional, es aquella que aporta a cada individuo todos los alimentos necesarios para cubrir sus necesidades nutricionales, en las diferentes etapas de la vida (infancia, adolescencia, edad adulta y envejecimiento), y en situación de salud. Cada persona tiene unos requerimientos nutricionales según su edad, sexo, talla, actividad física que desarrolla y estado de salud.

¿Qué características debe cumplir?

  • Tiene que ser completa, es decir, debe aportar todos los nutrientes que necesita el organismo: hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas, minerales y agua.
  • Tiene que ser equilibrada: los nutrientes deben estar repartidos guardando una proporción entre sí. Así, los hidratos de carbono (CHO) han de suponer entre un 55 y un 60% de las kcal totales al día; las grasas, entre un 25 y un 30%; y las proteínas, entre un 12 y un 15%. Además hay que beber de 1,5 a 2 litros de agua al día.
  •  La cantidad de alimentos ha de ser la adecuada para mantener el peso dentro de los rangos de normalidad y, en los niños, lograr un crecimiento y desarrollo proporcional.
  • Debe ser personalizada y estar adaptada a la edad, al sexo, a la talla, a la actividad física que se realiza, al trabajo que desarrolla la persona y a su estado de salud.
  • Tiene que ser variada: debe contener diferentes alimentos de cada uno de los grupos (lácteos, frutas, verduras y hortalizas, cereales, legumbres, carnes y aves, pescados, etc.), no solo porque con ello será más agradable, sino porque, a mayor variedad, habrá también una mayor seguridad de garantizar todos los nutrientes necesarios.

Factores condicionantes.

Pero la alimentación humana no está determinada sólo por cuestiones biológicas, sino que también se ve influida por factores sociales, económicos y culturales.

Muchas veces nuestra alimentación está condicionada por la disponibilidad de alimentos y esto depende tanto de las condiciones climáticas como de la ubicación geográfica de cada región.  Por tanto, la facilidad para obtener ciertos alimentos, las condiciones climáticas y las costumbres sociales hacen que cada país y región tenga su propia dieta.

Dieta Mediterránea.

La dieta mediterránea es una forma de alimentación saludable típica de España y otros países ubicados en la región mediterránea, priorizando el consumo de alimentos frescos y naturales, basándose en los sabores y tradiciones de la región, beneficiando así la salud en general, además de disminuir el riesgo de contraer enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes y enfermedades degenerativas.

La dieta mediterránea prioriza el aceite de oliva como principal fuente de grasas, además de las frutas, vegetales, legumbres, cereales integrales, semillas, frutos secos y pescados, evitando productos industrializados nocivos para la salud, como salchichas, bollerías, comida congeladas y prefabricadas.

Los principales beneficios que nos aporta son: 

  • Menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes y otros problemas de salud, como Parkinson o alzhéimer.
  • Prevenir el cáncer, especialmente de esófago, estómago, ovario y mama.
  • Protege al organismo de la aterosclerosis y de la trombosis.
  • Es una versión más económica y sustentable, utilizándose frutos y vegetales frescos de estación;
  • Alimentación completa nutricionalmente hablando, ya que, proporciona una mayor cantidad de vitaminas y minerales; a diferencia de los alimentos industrializados y procesados.
  • Al ser una dieta de alto contenido de fibras, alimentos naturales y grasas buenas, mejora el metabolismo, favoreciendo el control de peso;
  • Ayuda a variar más la alimentación, siendo excelente para el paladar de los niños, haciendo con que sea más fácil que ingieran vegetales y ensaladas. 

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