✅ Rompe el ciclo de vivir siempre a dieta

Jun

Si hay un pensamiento que pesa toneladas y toneladas y que no nos deja avanzar es el de basar la vida en la dieta de turno.

Y es que vivir midiendo la alimentación con exactitud matemática es una de las incoherencias más grandes de nuestra sociedad.

Quizá estés pensando: “hey, Sonia. ¿Pero tú no eres nutricionista? ¿No te dedicas a decirle a la gente que tiene que hacer dieta?”.

Oh, my, firend. 😜

Justo porque soy una profesional de la nutrición procuro que mis pacientes entiendan que una dieta no siempre es la solución.

Ni mucho menos una de esas “dietas milagros” que te encuentras en cualquier rincón de Internet.

Pues bien.

Vamos con la pregunta del millón:

¿Se puede adelgazar sin hacer dieta?

A continuación, te respondo al detalle.

✅ ¿SE PUEDE ADELGAZAR SIN HACER DIETA? LA PREGUNTA DEL MILLÓN

Como te decía arriba, existe la creencia de que si:

  • Haces una dieta extrema.
  • Te apuntas un mes al gimnasio.

Vas a perder peso hasta quedarte como el David de Miguel Ángel.

Y, como profesional, puedo decirte que eso no solo no sirve para nada, sino que puede resultar hasta peligroso.

Para no caer en la trampa, primero es importante entender que DIETA no significa ESCLAVITUD.

Mucha gente asume que hacer una dieta es prohibir los alimentos que les gusta y olvidarse de las comidas con familiares y amigos.

Se tatúan en la frente “pechuga a la plancha y arroz” y se ponen el Eye of the Tiger de Rocky en el Spotify.

¡Hale! ¡A perder peso!

Ay… con suerte (mucha suerte) eso solo servirá para hacerte perder unos pocos kilos una vez, que seguramente recuperarás enseguida.

¿Por qué?

Porque eso es INSOSTENIBLE EN EL TIEMPO.

Y es que ahí está el truco: en los hábitos.

Tan sólo con revisar nuestros hábitos alimentarios sería suficiente.

Vamos a ver cómo.

👉 1. No hay fórmulas mágicas (pero sí acciones eficaces)

Una dieta no es más que un patrón nutricional que debe tener en cuenta muchas cosas como:

  • Edad.
  • Constitución.
  • Metabolismo basal.
  • Estilo de vida.
  • Tolerancia a alimentos.
  • Gustos.
  • Etc.

Es por eso que una dieta no puede hacerse ni imponerse a la ligera.

De lo contrario los resultados pueden ser frustrantes.

Ahora bien, si en lugar de hacer “operación bikini” a base de alcachofas y espinacas únicamente entendemos que la clave está en los hábitos nos sentiremos mucho mejor.

Porque sí, siento decirte que la perspectiva corto-placista tampoco es sana.

Y, sí, también es verdad que generar hábitos saludables supone una carrera de fondo que muestra sus resultados a largo plazo.

Ok.

Sin embargo, lo bueno (y realmente maravilloso) de implementar unos hábitos saludables es que:

  • Tu peso se balanceará progresivamente hasta ser el adecuado.
  • Tu cuerpo se fortalecerá y estará más sanos.

Mejorando tu salud sin necesidad de estar pendiente de una dieta y DE MANERA SOSTENIBLE EN EL TIEMPO.

Para que nos entendamos, la manera más inocua y fácil de adelgazar (de forma permanente) es hacer una revisión de los hábitos alimentarios que tenemos.

Analizar qué estamos haciendo mal y corregirlo, y, como no, acompañarlo de un mayor nivel de actividad física.

👉 2. ¿Qué hábitos tengo que cambiar para adelgazar sin dieta?

Evidentemente, todo depende de cada caso y cada persona.

Sin embargo, de forma general (siempre habría que estudiar cada caso de forma particular, si quieres podemos verlo juntos) estas acciones te ayudarán a olvidarte de la dieta:

1. Controla tu horario de comidas

Es verdad que no hay un número fijo de veces que tenemos que comer al día demostrado que sea mejor o que sea peor.

Pero sí parece que en el peso influye el cuándo y la regularidad de las tomas.

Normalmente es mejor comer poco, pero varias veces durante el día, que mucho en un par de veces.

Además, cuantas más horas pasan entre toma y toma, más hambre empezaremos a tener, y todos sabemos que cuanta más hambre tenemos, peores decisiones dietéticas tomamos.

¡Me comería una vaca!

Necesito un Donuts, me lo merezco.

Se ha demostrado que ser regular con el horario de comidas ayuda a controlar el peso.

El cuerpo se acostumbra a comer a esa hora y se prepara para recibir los alimentos, sacar los nutrientes y utilizarlos.

2. Come despacio

No sólo lo que se pone en el plato tiene la culpa de lo que marca la báscula.

Dónde comemos y lo que tardamos en hacerlo influye, y mucho.

El contexto es fundamental, ya que puede jugar a favor o en contra nuestra, haciendo que comamos lo que debemos o mucho más de lo que necesitábamos.

Y es que comer deprisa engorda.

Eso es porque el cuerpo, desde que recibe la comida, hasta que da al cerebro la señal de saciedad tarda entre 15 y 20 minutos.

Si en se tiempo nos dedicamos a engullir sin casi masticar, lo normal es que comamos hasta casi el doble de lo que necesitamos.

3. Controla los condimentos

O lo que es lo mismo, la paradoja de la ensalada César. ¿Cómo puede una ensalada tener más calorías que una hamburguesa con queso? ¡Si es una ensalada!

Por la salsa.

El aderezo, salvo los que son recomendados como el aceite de oliva, el vinagre, la sal, o el zumo de limón, son la mayoría de las veces uno de los grandes culpables de sumar calorías a los platos.

Calorías que, la gran mayoría de las veces, no traen nada bueno, salvo sal, grasas y azúcares añadidos y libres.

Aquí entran en juego nuestras amigas las especias y las hierbas aromáticas.

No añaden casi nada de calorías, pero tienen una gran capacidad de cambiar el sabor de cualquier plato.

4. La cantidad importa

Da igual que lo que estés comiendo sea lo más saludable del universo.

Y es que las cantidades importan.

Tenemos que tener en cuenta que no todos necesitamos las mismas calorías.

Hay diferencias por edad, por sexo, por composición corporal y, sobre todo, lo que más influye, por la actividad física.

Mastica, come despacio, y el cuerpo te dirá hasta dónde tienes que comer.

5. Haz una compra inteligente

Lo que no se compra, no se come.

¡Es así de fácil!

Planifica qué vas a comer y cenar cada día, haz una lista de lo que te falta. Evidentemente, todo lo que son ultraprocesados y alimentos superfluos no deberían de estar en ella.

Sí, quizá no sea lo más divertido del mundo planificar una semana entera de comidas y cenas pero a la larga te vendrá de lujo.

Y lo puedes hacer en diez minutitos. 😉

Comprueba que en ese plan haya fruta, verdura, legumbres y frutos secos.

Además, carnes magras, pescado, huevos, cereales integrales y hierbas aromáticas y especias que te ayuden a hacer un poco más sabroso lo que vas a comer.

Porque, esa es otra, lo que no está bueno, no se come.

Puedes hacer el esfuerzo un día, pero, con el paso del tiempo, es un gran motivo para dejar tus nuevos hábitos.

6. Haz deporte

¡Ouch!

He tocado hueso, ¿verdad?

No tenemos tiempo. Me viene mal el horario del gym. Es que…

Sí, procrastinar es el deporte estrella de España. Je, je, je.

Pero bromas aparte, me refiero sobre todo a que te muevas.

No hace falta que pases 3 horas al día levantando pesas como si no hubiera mañana.

Basta con que camines todos los días, subas las escaleras, des paseos, salgas a correr con música en los cascos…

Empezar de cero no es fácil, lo admito, pero a poco que empieces tu cuerpo te lo agradecerá y perderás peso mucho más rápido y de forma más saludable que con 100 dietas milagrosas juntas.

✅ LIBÉRATE DE LA DIETA Y VIVE TU MEJOR VERSIÓN

Al final, en el fondo, todos sabemos dónde está nuestro fallo con la comida.

La solución es no agobiarse, no “castigarse” haciendo dietas estrictas e insípidas, y proponerse cambiar de hábitos de vida gradualmente.

Poco a poco.

Un objetivo detrás de otro.

Pequeños logros.

Tu forma de comer, algo que es muy tuyo, tampoco lo vas a cambiar de la noche a la mañana.

Constancia, ganas e ilusión.

Verás como poco a poco tu cuerpo y mente cambian hasta convertirte en tu mejor versión.

Y si necesitas ayuda en el proceso, no lo dudes. ¡AQUÍ ME TIENES!

Será un placer atenderte. 💚

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